lunes, noviembre 28, 2005

...o la luz es nuestra, no de chilquinta


Todo lo que haces es luz, nada podría ser de otra forma, dada tu condición en cualquiera de las circunstancias, serás un angelito, y te cantaremos canciones de la violeta quizás recordando lo que ya eres a pesar de nunca haberlo sido. Ya no me das pena, he aprendido la lección que traías para mi, integrada de accesorio, para la actualización del antisentimiento al que deberíamos hace rato haber desechado. Me traes luz + tu luz, de refilón no te dejo de ver más, desenfoco mis ojos apuntando hacia ti, y ahí estás, entera y no de a pedazos, casi como si el milagro fuese posible, que acaso si lo es: y mi mente de Windows 95 no lo deja ver. Me cuentan del sufrimiento que significas irte, ¿y acaso tu cometido no fue el más completo? Viniste como cualquiera de los que por aquí estamos, envidiaría venir. Tu misión y talento al servicio de como ver, nada menos quieres, nada menos esperas, nada menos vas a lograr nenita de pecho, que no lo necesitó. A ti todo el espejo, toda la luna, todo el enlazador de mundos, para ti todo el mundo en transición.

¿Y a ti como no linkearte?
Pongo el mirar fijo, desenfoco y me voy volviendo tuyo.
Más aun en la recolección de la llave secreta, ¿como tanto apuro, sin establecer nada concreto?, o sea, todo lo concreto del mundo vecina, todo lo concreto.
Y claro los ponchos siempre fueron la manta y mamá me dijo siempre que lo importante es cuidarse del frío, y el gran viaje en U nos deja mas al norte, sin duda, la brújula y los puntos cardinales acompañan la bitácora de la travesía no informada a los poderes alrededor. Y claro que el portón al final del camino significa algo, es el salir de la velocidad para entrar a pié en la caminata final al ventisquero, no para morir, sino para ser regado de una vez por la salina escénica de los inmortales, ¿o no te diste cuenta? ¡No me digas que no!
De ahora en más la soledad del ventisquero, viviremos entre los lobos, si contar el secreto de las cosquillas que hace el mar, que parezca peligroso para quienes nos miran, que parezca que desaparecemos, que parezca que nos ahogamos, que parezca que habitamos los cactus. Así venceremos.

PLANETA SUDAKA, la luz alrededor de tu cuerpo, Emilia al infinito y más allá.

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