Faltaba un mes para la revolución uniformada ( o la marcha de los pingüinos)

Me levanto en semana de muchas fomedades a la que las rutinas capitalistas nos tiene anestesiados, cuando entre fierros retorcidos de tanto cadáver en la carretera concesionada, los vemos salir de las calles, escuchen bien, estamos hablando del 2006, después de que casi todos los asesinos de nuestros padres están libres, a pesar de que casi todos los duros de nuestros pasados miristas, comunistas, mapus, y todas esas mierditas izquierdosas que nos llevaron a detestar y no celebrar tu gobierno PATRIO, en esa realidad tan charcha: EL CAOS, y su consigna de poeta adolescente, y su cántico secundario pero de primera fila en el combate de nuestros adolescentes sueños, que a esta altura solo adolecen de tu presencia.

Y así, blusas, jumpers, chaquetas, salidas de canchas, de cualquier forma nos uniformamos para ser todos secundarios, para levantar la bandera y dejar caer el palo en tu cabeza de troglodita gobernante, para decirte como una vez también los hicimos, que no nos convoca el odio, que nuestra lucha es justa, y con el amor de la rabia que me permite escupirte porque ni si quiera me das la cara con tu placa paco, te encapuchas en tu anonimato, pero no me importa, porque estoy acá por amor y ya se que debo gobernarme porque tu sectarismo adulto, adultero e irrespetuoso. No me provoca más.

PLANETA SUDAKA, taparse la cara con la polera, el corazón siempre de frente, la fuerza en el brazo que lanza la piedra de la verdad.