Una Moneita pal judas

Cada vez que te voy vigilando el remar de viejo cansado, cada vez que te atreves a encantar viejo tierra de agua, como si de apuro nos vayamos solidificando el cuero y a punta de quemar judas, a punta de pescar muertos arrojados por los asesinos de la dictadura, a punta de ir recobrando esa capacidad de sentir el abrazo anciano de tu mirada emocionada al ver partir tu sangre a la ciudad a la que partiste sesenta años antes: te voy reconociendo en tu partida viejo de río, Maulina es tu resistencia, como si de nuevo la lepra te tuviera apartado del resto de los mortales.

No quisiera que debutáramos en la línea de lo discordante, sino como antojándome a que la lucha sigue en la trinchera de nuestra comarca. Nos vamos enfrentando a la gran bestia asesina de tus poderes, esposándome para que el suicidio te sea más fácil de cometer, suicidándome de sobredosis de la dosis de mierda a la que me obligas, paco de clase, verdugo de mi destino, aun hoy en la dictadura de tu porcentaje de mayoría, me cago en la puta que te parió y te quemo, eres el judas de mis ideales, vende patria, traidor del pueblo al que te debieras deber. Me llamo cabro culiao, micro traficante, homosexual, mujer golpeada, pendejo abusado, mapuche culiao, pero también soy almacén de barrio, cigarro suelto, helado en bolsa, leche de burra, me llamo etcétera.

Hoy, a la vida de una nueva circunstancia, no me cabe ninguna duda, estoy contigo porque lo decido a partir de las nuevas luces, la neblina no logra desorientarme.

PLANETA SUDAKA, ha llegado la hora de salir a tocar timbres de gobernabilidad y nunca dejar de mirarte a la cara.